Llega la temporada veraniega y el
momento de hacer más fotos que nunca. Los viajes y sus oportunidades
fotográficas. Es el tiempo del experto
para ayudarnos a empeorar aún más, si cabe, el nivel de nuestras realizaciones
fotográficas.
1.- Dispara a todo
lo que se mueva.- Primero unas
ideas básicas para conseguir tu foto
mala de solemnidad. Y con criterio: un
pájaro, tu niño que corre en la playa, tu niño que juega con la arena. Una sombrilla.
Tu suegra. Una silla. Una palmera en la playa. Tus amigos. Tus amigos saltando. Tus
amigos como en un fotomatón. Una amiga detrás de otra haciendo la señal de los
cuernos. Tu niño revolcándose en la arena. El niño con el
flotador. El niño con la
pala. La foto de Pepe haciendo la bomba en la piscina. Se me
olvidaba: ¡El sol a contraluz! (ideal para provocar un desprendimiento de
retina y ceguera parcial).
http://www.nomadexpediciones.com/blog
Harry Fisch.- Barbero en Zainabad, India.
2.- Mantente a la
distancia del tímido.- Ni cerca,
ni lejos. Es la “distancia del tímido”. Esa en la que te encuentras incómodo y
consigues que el retratado se incomode también. Para nota. No te acerques demasiado ni te alejes mucho. Es un arte, si quieres hacer
una foto mala, mala, mala, el mantenerte a la distancia en la que no logras ningún tipo de contacto visual –el
fotografiado no entiende qué es lo que quieres – pero tampoco estás lo suficientemente lejos para permitir que el
sujeto actúe de forma natural. Además,
si eres suficientemente persistente,
conseguirás que el “paciente” esté permanentemente mosqueado. Con suerte
hasta puede ser el inicio de una interesante conversación.
3.- Asegura la
máxima confusión tras el sujeto .-El
secreto de toda mala fotografía es un fondo confuso y con mucha actividad
errática. Lo ideal es que tengas un lío de colores y de formas: un cable, unas
cosas sueltas, dos personas de medio lado detrás de la persona
fotografiada. Este juego de confusión es
ideal para que el sujeto fotografiado se pierda en el marasmo de objetos y
colores y que la atención de la persona que mira la foto no consiga centrarse.
Otra magnífica alternativa para fastidiar la foto es ese fondo homogéneo en el que se cuela una
manta torcida, colgada de la pared de
cualquier forma. Media botella de Coca-Cola tirada tampoco viene mal.
Harry Fisch.- Luchador Kusti en Benarés, India.
4.- Basta con que
uno salga bién.- Si es una foto de grupo, lo mejor
para hacer la pésima foto es asegurarse
que uno o dos miren a la cámara mientras los demás van a su bola. Para lograrlo basta con darse mucha prisa.
Hacer la foto rápidamente, sin molestar al personal. El de la
derecha mira fuera de la cámara, otro se mira un pié, el tercero tiene un brazo
fuera del encuadre. Es perfecto. La foto
del “Huy, si hubiera esperado medio
segundo más..”. Éxito asegurado: una foto mala, mala, malísima.
Harry Fisch. Familia trás el té, Zainabad. India
5.- No permitas
que una buena luz te estropee una mala
foto.- No permitas que la luz te ayude. Si puedes escoger hora para
hacerlo mal de verdad, lo mejor es el
verano a las doce del mediodía. Esa hora en la que salen unas
sombras durísimas que provocan falsas ojeras y horribles rictus. Magníficas sombras estilo Poltergeist.
Otra gran alternativa
es seguir el
consejo de los libros de iniciación: la luz
partiendo detrás del fotógrafo
alumbrando a la
víctima. Como todo,
esto es susceptible de mejora si lo
haces a las seis de la tarde, en verano
y te aseguras que la luz
de en toda la cara al sujeto. ¡
Habrás logrado tu pésima foto del día.!:
un modelo cegado, con la luz en toda la cara.
Eso sí, perfectamente expuesta tu foto.
6.- Comprueba que
el sujeto está en la sombra y que detrás, al fondo, todo está iluminado.- Variante uno: has conseguido (mejor dicho, la
cámara ha decidido) que lo de atrás esté bién expuesto. Esas macetas con
flores, esa pared andaluza. ¡Qué bonito! ¡Lástima de cara oscura! ¡Lástima de
colores empastados!
Variante dos: has conseguido (mejor dicho la cámara ha
decidido) que lo de delante quede bién expuesto. Esa cara, esa sonrisa. Qué
importa si la pared es casi gris (era blanca). Siempre te queda explicarle al
amigo de turno que la cámara es mala y que no sabes porqué unas veces salen y
otras no.
7.- Cómprate
inmediatamente una cámara automática y muy
cara.- Éxito asegurado:
pésimas fotos de bonito colorido. En pantalla gigante a poder ser. Pero consuélate, ya tienes un culpable: la cámara. Con suerte, todo lo va a
hacer ella. Al fin
puedes hacer lo mismo que las grandes empresas que
pagan mucho a los consultores, cómprate una cámara reflex, muy cara, con dos objetivos Zoom muy buenos. De ese
modo la responsabilidad es claramente del “otro”. En tu caso de la cámara. ¡Ya
qué te has comprado una cámara buena, no
te canses en aprender eso del diafragma, ni del ISO! Son cosas del
pasado. Preceptiva la consulta previa en un foro de
fotografía. Todos se precipitarán a explicarte
lo importante que es eso del objetivo, y la bolsa para llevar el
equipo, y el trípode.