Las 6 de la mañana. Esta era la tercera ceremonia a la que asistía en dos
días viviendo en el monasterio. Los monjes están entrando para la Puja (Ofrenda) de la mañana. Impresionantes todas ellas, pero la primera de la tarde -a la que
pude asistir trás negociarlo con el Lama que me alquilaba la
habitación- fué la mas extraordinaria. Una pequeña sala cuadrada. Unas colchonetas por el perímetro y las banquetas alargadas que hacen las veces de mesas.
Sentado en una colchoneta, en el suelo, rodeado de monjes. Frente a mí dos con timbales y libros de rezos. A mi derecha otros dos con trompetas rituales , todos rezando de forma rítmica y vibrante.
Sentado en una colchoneta, en el suelo, rodeado de monjes. Frente a mí dos con timbales y libros de rezos. A mi derecha otros dos con trompetas rituales , todos rezando de forma rítmica y vibrante.
Recuerdo el dolor de rodillas y caderas. La falta de costumbre.
La música es parte integral del Budismo.
Los monjes la usan para recitar textos
sagrados y celebrar una variedad de festivales durante el año. La forma
más especializada de canto es el llamado yang, el cual se
conforma de pequeñas sílabas, no posee temporización y es dominado por
tambores resonantes y sostenidos sonidos guturales. Tengo que pensar seriamente en esto de hacerm Budista...
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Six o’clock
in the morning. This was the third
ceremony that I attended in two days of stay in the monastery. The monks are
entering for the Pujas (Offerings) of
the morning. All of them impressive, but the first one of the evening - to
which I could assist after a difficult negotiation with the Lama that was renting my room - was the most interesting of all. A
small square room. A few cushions for the perimeter and the elongated hassocks that
were used as tables. Sitting on my cushion, surrounded with monks.
Opposite to me two with kettledrums and books of prayers. To my right another
two with ritual trumpets, all praying with rhythmic and vibrant forms. I remember
the pain of knees and hips. The lack of habit. The monks use the music as an integral
part of Buddhism. The most specialized form of singing is the so called yang,
which conforms of small syllables and is
dominated by drums and rythmic vibrations.